La soledad es un loto abriéndose en tu corazón... la soledad es positiva, la soledad es salud. Es el goce de ser tú mismo. Es la alegría de tener tu propio espacio.
Meditación significa: éxtasis de estar solo. Uno está realmente vivo cuando llegó a ser capaz de estar en soledad, cuando ya no depende más de nadie, ni de ninguna situación ni condición y como la soledad es nuestra, puede quedarse mañana, tarde, día o noche; en la juventud o en la vejez; cuando estamos sanos o enfermos; en la vida y en la muerte también puede estar presente porque no es algo que te pasa desde afuera, es algo que emana de ti, es tu verdadera naturaleza, tu propia naturaleza.
Un viaje a nuestro interior es un viaje hacia la soledad absoluta; ahí no pueder llevarte a nadie contigo; no puedes compartir tu centro con nadie, ni siquiera con tu pareja… no es parte de su naturaleza y no hay nada que hacerle. Desde el momento que entras en tu interior, se rompen todas las conexiones con el mundo externo, se rompen todos los puentes. En realidad, desaparece el mundo entero.
Por eso los místicos llamaban al mundo “maya”, ilusorio… no es que no exista, pero para el meditador, el que va hacia adentro, es casi como si el mundo no existiera. El silencio es tan profundo que ningún ruido lo penetra; la soledad es tan profunda que se necesitan agallas. Pero de esa soledad explosiona el éxtasis… de esa soledad, la experiencia de Dios, no hay otra forma; nunca la hubo y nunca la va a haber. Celebra la soledad, festeja tu espacio puro y surgirá una gran melodía de tu corazón, y será una canción de conciencia, será una canción de meditación, será el cantar de un pájaro solitario llamando a la distancia, no llamando a alguien en particular, sino simplemente llamando, porque su corazón está lleno y quiere llamar, porque la nube está llena y quiere llover, porque la flor está colmada, se abren sus pétalos y se libera su fragancia sin estar dirigida a nadie. Deja que tu soledad se transforme en una danza.
OSHO
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